Lamentablemente, la política migratoria del Gobierno de España con respecto a Canarias parece que cada día se reduce más a un solo objetivo: incrementar la capacidad de acogida en las Islas.
El verano nos deja un importante repunte de la llegada de migrantes a Canarias. Solo en agosto han llegado a nuestras costas unos tres mil, el triple si se compara con agosto de 2022. Los datos hablan por si solos. Septiembre ha comenzado con la mayor cifra de llegada de inmigrantes en una sola jornada en lo que va de año, este lunes –634 personas en seis embarcaciones arribaron a Tenerife, Gran Canaria y El Hierro, de los que 126 son menores–.
La Comisión Española de Ayuda al Refugiado, CEAR ha escrito en su cuenta de la red social X “afortunadamente estas personas han conseguido llegar, pero son miles los que no sobreviven a una de las rutas migratorias más peligrosas y letales del mundo por la falta de vías legales”. El cementerio en el que hace tiempo se ha convertido el Atlántico sigue creciendo porque la falta de un futuro esperanzador, por el hambre y la miseria, que pueden más que el miedo a la certeza de estar jugándose la vida en el mar. La respuesta del Gobierno de España, en boca del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, es que se están adoptando medidas para reforzar el operativo de asistencia a los inmigrantes.
El Ministro Escrivá ha explicado que su departamento está realizando gestiones y obras para aumentar la capacidad de acogida de inmigrantes en varias Islas –como un nuevo centro de asistencia en El Hierro– y añadió que buscan un nuevo espacio en Lanzarote para restar presión al albergue de La Santa. También dijo que se están ampliando módulos en centros ya operativos.
Lamentablemente, la política migratoria del Gobierno de España con respecto a Canarias parece que cada día se reduce más a un solo objetivo: incrementar la capacidad de acogida en las Islas. Canarias no lo debe aceptar bajo ningún concepto. Reducir la política migratoria a ampliar la capacidad de acogida en el Archipiélago no contribuye en absoluto a mitigar las muertes que se están produciendo en el mar, como bien denuncia la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y otras organizaciones humanitarias.
Indudablemente, Canarias por su proximidad a una de las áreas geográficas más pobres del planeta tendrá que convivir con el fenómeno migratorio que se repite en todas las áreas del mundo en donde son frontera el desarrollo y la pobreza extrema. Ahora bien, es necesario recuperar una política migratoria equilibrada. Canarias no puede aceptar convertirse en el gran centro de acogida de todas las personas que lleguen a través del mar. Sin duda, el Archipiélago tendrá que asumir la cuota que le corresponda. Nuestra solidaridad y compromiso siempre han estado ahí.
¿Qué ha pasado con el compromiso vigente durante mucho tiempo de desplegar medidas diplomáticas y de cooperación con los países africanos más próximos?. ¿Qué acuerdos de cooperación y desarrollo tiene España con el África occidental para atajar la migración en origen y así evitar el drama en el mar?. ¿Qué ha pasado con las patrulleras mixtas conformadas entre los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles y las policías de Marruecos, Senegal y Mauritania que patrullaban en sus aguas soberanas para disuadir la salida de pateras en origen? ¿Qué ha pasado con los acuerdos que existían con Europa para desplegar la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) en la mediana con Marruecos para disuadir a las mafias del tráfico de personas?
Si la política de migración de España se reduce a dejar que Canarias sea el gran centro de refugiados provenientes de África debemos exigir con la máxima contundencia la derivación a la península de todos aquellos que superen la cuota que nos corresponde, en función de nuestra población.