Obviar una bandera roja, bañarse en playas que carecen de vigilancia, utilizar flotadores en el mar o verse inmerso en una ‘corriente de retorno’ son los principales factores de riesgo que pueden desembocar en un ahogamiento y otro tipo de accidente tanto en playas como en piscinas y otras zonas de baño.

La Asociación para la Prevención de Ahogamientos y Accidentes Acuáticos, Canarias, 1500 Km de Costa, ha presentado un año más el Decálogo para disfrutar de un verano seguro en el agua con los tips preventivos básicos para evitar o saber actuar ante una situación de riesgo en cada escenario.

Obviar una bandera roja, bañarse en playas que carecen de vigilancia, utilizar flotadores en el mar o verse inmerso en una ‘corriente de retorno‘ son los principales factores de riesgo que pueden comprometer la seguridad a la hora de interactuar en cualquier espacio acuático. Una imprudencia puede desembocar en un ahogamiento u otro tipo de accidente tanto en playas como en piscinas, ríos y otras zonas de baño.

Con la llegada de las vacaciones estivales y del verano más caluroso de la historia, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las zonas de costas y establecimientos turísticos de todo el país comienzan a recibir a millones de bañistas. Así pues, para prevenir un siniestro en el agua, desde la plataforma piden aplicar el sentido común y hacer caso a las recomendaciones, y si se sufre o se es testigo de una situación de emergencia, llamar siempre al 112.

El ‘Decálogo para disfrutar de un verano seguro en el agua‘ recoge los tips preventivos básicos como evitar bañarse con bandera roja. El 80% de los accidentes en el mar se producen por no respetar el color de la bandera. La bandera roja significa prohibido el baño y es la primera causa de muerte por ahogamiento. Una bandera roja es un semáforo en rojo; sin embargo, la mayoría de la población admite seguir bañándose ignorando el riesgo. Por eso, hay que evitar saltarse esta prohibición.

Otra de las circunstancias que genera mayor índice de mortalidad es bañarse en playas sin vigilancia o durante la franja horaria en la que no están activos los servicios de rescate. Desde la plataforma se advierte que una playa desierta carece de socorrista y, en ocasiones, de señalización, con lo que si la seguridad del bañista se ve comprometida, no habrá un profesional que le auxilie. Esta circunstancia supone la tercera causa de muerte por ahogamiento.

La ‘corriente de retorno‘ es otro de los principales peligros para el bañista al verse arrastrado mar adentro impidiéndole volver a la orilla. Es la segunda causa de muerte por sumersión. Una ‘corriente de retorno‘ puede tener la fuerza de diez nadadores olímpicos. Por tanto, si se está en apuros y no se puede salir, no hay que luchar contra la corriente. Hay que ahorrar energía y mantener la calma, además de agitar los brazos para que nos vean.

Cuando se vaya a pescar en puntos de costa de acantilados o zonas rocosas, antes hay que consultar siempre la previsión meteorológica, el estado del mar y del viento y asegurarse de llevar el equipo necesario que garantice nuestra seguridad antes de salir de casa. Usar siempre un casco, calzado apropiado y, sobre todo, un chaleco salvavidas.

Asimismo, nunca hay que olvidar que los niños son los más vulnerables al medio acuático. Sólo hacen falta 27 segundos para que un bebé de doce meses de vida se ahogue. También se aconseja no usar flotadores en el mar. Un flotador no es un salvavidas, es un juguete que se infla. Especialmente peligrosos los que tienen forma de animal (cisnes, unicornios, flamencos, etcétera), ya que su tronco y cabeza hacen de efecto vela y arrastrarán al bañista mar adentro. Manguitos y flotadores circulares tienen una seguridad muy cuestionada. Por eso, se aconseja meterse en el agua siempre con nuestro hija/o.

La muerte en un minuto

La plataforma ‘Canarias, 1500 Km de Costa‘ hace especial énfasis en sus recomendaciones preventivas a los mayores. Precisamente, el perfil del ahogado se corresponde con un varón de entre 55 y 75 años. Por ello, se insiste en ser consciente de la condición y limitaciones físicas. Un infarto en el agua provoca la muerte en un minuto.

Cuando se practiquen deportes acuáticos, hay que prestar atención a la zona de seguridad y mantenerse alejado de los bañistas, y si se practica deporte a motor o navegación, siempre a más de 200 metros de la playa o 50 metros de las zonas rocosas. Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los pilotos de motos acuáticas en España carecen de titulación y, lo peor, de experiencia. Eso sí, antes de salir al mar hay que informar a alguien en tierra de la actividad que se va a realizar.

Disfrutar de un refrescante baño puede suponer una dificultad para las personas con movilidad reducida. Personas en sillas de ruedas, invidentes o cualquier otra que presente una disfunción han de tener en cuenta los distintos servicios que ofrecen las playas para facilitar la entrada y salida del mar. Por ello, se recomienda acudir a playas que dispongan de servicios para la atención a personas con movilidad reducida. Todas y todos los ciudadano/as tienen derecho a disfrutar de un baño seguro.

A la hora de practicar submarinismo hay que acordarse de ir siempre acompañado y de revisar el equipo antes de sumergirse en el mar. Bucear siempre, como mínimo, con otra persona y acompañarse de un profesional cualificado. También ser consciente de la preparación física y de las limitaciones antes de practicarlo. Y no olvidar que este es un deporte de riesgo.

Después de una copiosa comida o mucho tiempo expuesto al sol hay que entrar en el agua con moderación. Hay que evitar exponerse más de media hora seguida al sol y utilizar siempre una crema con alta protección solar.

Cuando se acuda a presas, ríos, embalses de agua o estanques en zonas de montaña, primero hay que asegurarse de que el baño está permitido y tener en cuenta que el agua dulce tiene menos flotabilidad que la salada, por lo que es recomendable utilizar chalecos o elementos que nos ayuden a flotar.

El último like

Pretender inmortalizar el momento haciéndose un selfie o auto-foto frente a la costa, especialmente en acantilados o zonas rocosas, se está convirtiendo en una moda cada vez con más seguidores y, en consecuencia, exponerse a sufrir un accidente. Y si es con fuerte oleaje por su espectacularidad, las probabilidades de sufrir un percance más grave aún se multiplican, dada la urgencia con que se pretende hacerla para garantizar la espectacularidad de la imagen.

Cuando se vaya a la piscina, hay que tener en cuenta que los sumideros podrían carecer de tapa o rejilla, dejando estos al descubierto, lo que representa un especial peligro para los menores de edad. La fuerza de succión de un sumidero es suficiente como para absorber a una persona, causando graves heridas o incluso la muerte. Por ello, se pide a padres, madres y/o tutores que deben introducirse en el agua siempre con los niños.

La curiosidad e inquietud de los niños es asombrosa pero impredecible. Cuando un niño desaparece, sobre todo si tiene entre 2 y 6 años, donde primero se debe buscar es en los cuerpos de agua. Una piscina particular o la fuente de un parque son claros ejemplos de puntos de peligro para un menor que no sepa nadar y caiga por accidente. Bastan unos pocos centímetros de agua y apenas 1 minuto para que un niño se ahogue. Nunca hay que perderlos de vista.