Nada más conocer Angel Víctor Torres, todavía presidente de Canarias, que las negociaciones entre Coalición Canaria y Partido Popular avanzaban a buen ritmo para gobernar la comunidad autónoma, con la Agrupación Socialista Gomera y la Agrupación Herreña Independiente, engreído y soberbio, soltó una boutade impropia de un cargo como el que representa. «Vamos a tener un pacto de perdedores en Canarias», dijo.

Uno quisiera considerar que Angel Víctor Torres no se encontraba en su mejor momento. Quizás porque a la vista de los resultados autonómicos, se encontrase con que le salían las cuentas por todas partes para continuar en esa atalaya de mando en plaza que supone y representa la presidencia del gobierno de Canarias, que debe de contar con bastante poder. Tal semeja su reacción, que no parece demasiado decente en una democracia como la española.

Pero los ciudadanos que acuden a las urnas son así y, más allá de depositar su voto en la urna, confían en sus elegidos. Pero a usted no le ha salido bien la jugada. Y bien que lo lamenta. Pero habrá que señalarle que así es la democracia. Que la suma de los perdedores, como los denomina, democráticamente hablando, ahora resulta que le otorga la mayoría como vencedores, mientras que los vencedores, como el Partido Socialista de Canarias, siguiendo el hilo de sus palabras, pasará a su labor de jefe de la oposición, aún siendo el ganador de los comicios… ¡Qué contradicción, señor presidente en funciones…!

Un servidor le invita a que publique un tratado sobre la esencia de la democracia, que, salvo error, se encuentra en la decisión de la participación popular de los votantes, en plena libertad, y que cuando acuden a las urnas desconocen, claro es, qué es lo que van a hacer sus elegidos con sus propios votos, en función de resultados y de posibilidades que ofrece el escrutinio.

La más que notable falta de humildad de Angel Víctor Torres, al menos en este caso concreto y específico, no le facilita la mejor imagen. La humildad resulta una buena consejera por cierto, ahora que se ha descubierto, gracias a su teoría, que el flanco de unas alianzas que en la democracia se posibilitan, por mor y obra de la decisión de los elegidos, para representar al pueblo, a usted le duelen demasiado. ¿O es que hay que sumar según sus cuentas y no las de los demás?

Permítame una pregunta, señor Torres: ¿Usted considera que todos los votantes socialistas en las elecciones generales pasadas pensaban que su jefe de filas, Pedro Sánchez, iba a pactar con una fuerza política filoetarra, con golpistas catalanes, con independentistas, que, en cierto modo, según buena parte de analistas han contribuido a una espectacular derrota del PSOE, el partido al que usted representa, en los comicios del pasado 28-M, y a expensas, por cierto, de lo que pueda acaecer el próximo 23 de julio, en pleno verano, en un puente festivo, porque así lo estipuló el secretario general de su partido, sin siquiera convocar al consejo de ministros para su correspondiente deliberación, como dicta la normativa?

Escuchando, leyendo y releyendo sus palabras, que se aproximan a la indecencia, que probablemente aún no hayan digerido debidamente algunos correligionarios suyos, lo más noble y sensato sería que sintiera el pudor suficiente como para pedir perdón al pueblo canario por tamaña boutade… Porque hay cosas, como señala el dicho popular, y como bien sabrá el presidente en funciones del gobierno de Canarias, que ni broma debieran de decirse.

No obstante lo anterior esperemos que la labor que le espera y que tendrá que llevar a cabo como jefe de la oposición en el Parlamento de Canarias no se le agrie demasiado, en función de las mieles que ha saboreado como presidente de Canarias. ¡Cómo duelen las caídas…!