El Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, debieran actuar de manos de la justicia. Licencias, autorizaciones, abusos, engaños, falsedades, terrenos, apropiaciones y construcciones indebidas… ¿De ayer?

Toda una gigantesca problemática que alberga, tras sí, muchos nombres y apellidos. De éxitos, en lo que hay, nuestro apoyo y aplauso; de fracaso, en lo que hay, nuestra crítica; de acciones ilegales, ilegítimas, irregulares, en lo que hay, nuestro apoyo a quienes reivindiquen la legalidad judicial.

Hablamos de ayer y de hoy. De un mundo tan complejo como fue y continúa siendo el de la panorámica turística donde se han ido repartiendo muchos cromos, en forma de billetes, y se siguen repartiendo, dañando, de forma manifiesta cruel, la imagen de la semblanza de Maspalomas, un núcleo turístico de una vital importancia y que levantaron a pulso numerosos empresarios en base a un trabajo innegable y de extraordinarios esfuerzos. En una imagen de la mayor consideración y generosidad y de aplauso. Pero a cuya sombra crecían algunas pandas de mala gente, corrosivos, desleales, inmorales, que ponían propiedades a su nombre de forma fraudulenta y creaban sus espacios y negocios al hilo del desconocimiento de muchos que, en su mejor buena voluntad, se fueron haciendo con apartamentos, bungalows y otros, en esa confusión plagada de corrupción e inmoralidad.

Sobre algunos lugares de Maspalomas se extiende esa mancha canallesca que solo buscaba el enriquecimiento ilícito de muchos que engañaron por allá y acullá, administrando propiedades, complejos y otros, con una política tirana, perversa y de abuso continuado desde la inmoralidad más dañina en la imagen de un lugar, como Maspalomas, al que deberían de haber contribuido con su trabajo y no con los engaños.

El pasado miércoles publicábamos un artículo en el que dejábamos constancia de esa negativa tarea de muchos. Y hoy reivindicamos que el Ayuntamiento colabore con la transparencia y legalidad de todas las empresas en las que se ciernen sombras de grandes dudas, como manchas de aceite, que han contaminado núcleos turísticos abusando de y contra la buena fe, de tantos canarios y extranjeros, que depositaban sus ilusiones en ese desorden caótico que ha ido imperando en las diferentes administraciones.

Echando mano del refranero español, sabio como pocos, podemos señalar que nunca es tarde si la dicha es buena.

Por ello invitamos de nuevo a esas administraciones, la municipal, la turística, la insular, la autonómica, y que se desvelen nombres y apellidos de quienes han actuado de mala fe contra tanto daño moral, como se sigue causando en determinados establecimientos, complejos turísticos y extrahoteleros, y otros, que han crecido y sobrevivido en base a tropelías permanentes. Incluso alguno que otro continúa burlando la normativa legal. ¿Nadie se da cuenta o nadie quiere darse cuenta de los riesgos de esas ilegalidades e irregularidades que afectan, muy de lleno, a los ciudadanos y turistas?

Desde el mayor respeto y consideración a los verdaderos adalides del impulso turístico, que han trabajado a destajo, han arriesgado sus capitales y han expandido el turismo a unos límites de la mayor sensibilidad empresarial y honradez de compromiso con Maspalomas, el agradecimiento de todos.

Ya va siendo hora que también se actúe contras las mentes perversas que se lo han montado a base de bien engañando a propios y extraños, abusando de la generosidad de tantos.

¿Actuará el gobierno municipal del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana con ese rigor de la ley y tratar de incluir la máxima legalidad entre esos desordenados documentos con los que muchos han pisado el barro canallesco?

Maspalomas, como dejamos constancia siempre, se merece el mayor y más honrado progreso en su impresionante trayectoria turística…

Ahora son otros los que tienen la palabra, exigiendo la máxima legalidad a todos. Lo que se debe y se puede hacer. Empezando hoy, mejor que mañana. Y quien quiera entender, que entienda.