El nuevo Ayuntamiento tendrá que arreglar, agilizar, dinamizar y modernizar los núcleos de San Fernando de Maspalomas que están hecho una pena. Parte de la herencia socialista, pero una obligación de quienes llegan al poder.

El núcleo central de San Fernando de Maspalomas pareciera que marcha de mal en peor. Los centros comerciales, una pena. Con numerosos locales en venta; otros, abandonados; otros, en alquiler. Lo hemos denunciado en estas páginas. Pero algunos, como el que oye llover. Los precios en algunos bares, cafeterías y restaurantes, pareciera que se encuentran enclavados, o casi, en primera línea de playa. Una economía que daña a todos. Sobe todo a los residentes en San Fernando. La plaza de Hierro y calles adyacentes, sucias y con gorrillas, que no son ni representan la mejor imagen. Los mercadillos callejeros, son una pena. Muchas, muchísimas palmeras balancean hacia abajo, grandes ramas moribundas. Largos jardines y paseos sin un mal banco ni una mínima sombra. La venta ilegal y otros parámetros próximos a lo que conlleva consigo. Pues eso…

Cada uno debiera de conocer sus quehaceres y obligaciones. Y aunque el gobierno municipal solo lleve tres meses escasos en ejercicio, ya se van observando algunos movimientos determinados por el que los concejales se van clasificando en sus propias realizaciones, trabajos y cometidos.

La mala herencia del gobierno anterior, el de la merecumbé de un cuatripartito con la socialista Conchi Narváez a la cabeza, ya abandonó el Ayuntamiento, por mor de los resultados electorales del pasado 28 de mayo, con muchas cuestiones mal hechas y con muchas cuestiones pendientes. Y mientras el tiempo pasa, consideramos que el alcalde, Marco Aurelio Pérez, y su equipo, deben de prestar la máxima atención a todo. Sencillamente, para no darle más vueltas al asunto, por responsabilidad, por sensibilidad y por el encuentro de un municipio que en su parte central, San Fernando, tiene muchas lagunas, muchas carencias, muchos cometidos por medio.

Mientras el ámbito de la playa se mantiene por el lujo de su tirón histórico, como un enclave de extraordinaria relevancia turístico, hay otras áreas, con otros enclaves, en los que sería bueno abrir, ya, las líneas de actuación oportunas y adecuadas. Y es que los cargos llevan consigo, del mismo modo, determinadas cargas. Que no todo son fastos, inauguraciones, festejos, coches oficiales y ágapes. como conlleva hoy, en buena medida, lamentablemente, la percepción del ciudadano sobre el político. Si bien, honradamente, no somos partidarios de definiciones genéricas, y, por tanto, no ajustadas en muchos casos a esas opiniones colectivizadas.

Hay que luchar por defender los colores de la ciudad y cuya mayoría de votantes han llevado a unos al poder y a otros a la oposición. Y el que quiera entender que entienda. Incluido, claro es, aquellos que se sientan en la bancada de la oposición.