«maspalomasplus.com» siempre estará en defensa de la libertad de expresión. No la que pide y quiere Pedro Sánchez».

El presidente del Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, al frente de un Gobierno Frankenstein que está desgarrando España, ha salido de la clausura palaciega y monclovita tras cinco días, ignoramos si de reflexión, lanzando una proclama contra el mundo de la judicatura y contra la prensa que considera crítica, destacando la panorámica de los periódicos digitales, y confundiendo, de forma inadecuada, lo que denomina como una fábrica de bulos, con la serie de informaciones, no desmentidas justificadamente, acerca de la influencia de su esposa, Begoña Gómez, en determinadas empresas y ayudas. de alto relieve económico. Aunque, salvo error, no ha habido ninguna de esas informaciones desmentidas en base al rigor de la propia realidad,

Y si un Juzgado de Madrid ha decidido abrir diligencias contra Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, por tráfico de influencias, a fin de investigar sus relaciones con una serie de empresas privadas, «que acabaron recibiendo fondos y contratos públicos del Ejecutivo» (como señalaba el pasado día 24 el periódico «El Confidencial» (elconfidencial.com), un diario, por cierto, bastante sólido y riguroso, pues habrá de llegarse al final por los caminos de la verdad.

España se conforma como un país con una democracia sólida y fuerte, con una más que preciada y ejemplar Constitución que nos supimos dar todos los españoles, aunque ahora otros se empeñen en tratar de devaluarla tratando, y, quizás, acabar con el actual sistema constitucional. Y por ahí, no presidente.

El valor, la fuerza, el coraje y la honradez de la democracia española está y se encuentra o tiene que estar y encontrarse muy por encima de unos criterios con tintes y criterios absolutistas, dependientes y bendecidos desde el Palacio de La Moncloa, para escribir al dictado de los intereses única y exclusivamente presidenciales, para mayor gloria del presidente del Gobierno.

Eso no es de recibo. Menos aún tras esta etapa de cuarenta y ocho años de extraordinarios avances sociales, políticos, económicos y democráticos, como para que ahora se pretenda ejercer un control de los medios periodísticos

Eso se hace, lamentable, dramática, perversa, tirana, dictatorialmente, en la Venezuela de Nicolás Maduro, con tanta ayuda y presencia cuasi permanente , por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, en la Bolivia de Luis de Arce, en la Colombia de Gustavo Petro y otros.

La prensa libre e independiente se basa en el trabajo de sus periodistas e informadores. Recordándole que, siempre, en todo caso, existen unas vías y procedimientos judiciales.

Pero que en pleno siglo XXI se trate de dictar una normativa de periodismo desde el pedestal de un palacio presidencial resulta es tan improcedente que se desvanece por su propio peso, por su descrédito y por ese sentido de tratar de controlar la libertad de expresión.

Este país no está para ejemplos ni dogmas como aquellos que protagonizó en su día: «¿De quién depende la Fiscalía? ¡Pues eso!«. «Yo nunca gobernaría con Bildu. Si quiere se lo repito cinco veces. «Yo no gobernaré con Bildu». «Yo no gobernaré con Bildu». «Yo no gobernaré con Bildu». «Yo no gobernaré con Bildu». «Yo no gobernaré con Bildu», o aquella otra de «No dormiría tranquilo con Podemos en el Gobierno«.