La oleada permanente de inmigrantes que llegan de Africa, se ha convertido en un problema capital en las Islas Canarias. Desde Arguineguín hasta Lanzarote, desde la Isleta hasta Hierro…

Las islas Canarias se hallan cada día más desprotegida y desatendida, desde el Gobierno Central y le Estado, ante la gravedad del problema, abierto a través las aguas internacionales de Africa, que se cruzan con las aguas canarias, por tanto españolas. Un enigma y una serie de cuestiones de extrema delicadeza y gravedad. Y ante la que Pedro Sánchez, presidente en funciones del Gobierno de España, tiene que responder, cuando menos, desde la responsabilidad y la solidaridad.

Se hace imposible a estas alturas pensar que, tras los miles de inmigrantes que llegan día a día desde diversos países africanos, de forma muy especial desde Marruecos y desde Senegal, por una amplia diversidad de circunstancias –económicas, sociales, políticas y otras– y que van a seguir llegando durante las próximas semanas y meses en duras travesías a través de cayucos, pateras y lanchas neumáticas, con graves riesgos para la vida de estos desesperados aventureros, se esté generando una delicada y preocupante situación en Canarias. Hasta el punto, lamentable, de que Pedro Sánchez, presidente en funciones, continúe sin tomar ninguna determinación al respecto.

Probablemente porque esté muy ocupado y preocupado por sacar adelante la amnistía de Carles Puigdemont y seguir al frente del Gobierno de España. Y también, probablemente, porque una vez apeado su correligionario, el socialista Angel Víctor Torres de la presidencia del Gobierno de Canarias, Pedro Sánchez pase del tema de la inmigración en las Islas Canarias, por esa serie de divergencias políticas entre unos y otros. Pero sin caer en la cuenta, y si cae le da igual, de que se trata de un problema, inicial y fundamentalmente, de índole y carácter humanitario, de auxilio urgente, de organización de medidas para las que se precisa, ahora, más que nunca, coordinación, amplia voluntad y capacidad de unificar políticas, y sin olvidar, lo que es fundamental, que el tema de la inmigración en Canarias fue el primero y más importante de los temas que expuso el pasado miércoles Fernando Clavijo, presidente de Canarias, al rey Felipe VI.

Si Fernando Clavijo remitió hace escasos días una carta de urgencia a Pedro Sánchez en relación al tema de la inmigración y si procedió a solicitarle, así mismo, una invitación para visitar Canarias y conocer de primera mano el gravísimo asunto que se plantea con la constante llegada de cientos y cientos de inmigrantes, y si Pedro Sánchez, con el amplísimo equipo de asesores que dispone, no dispone del coraje, de la nobleza y de la sensibilidad suficiente para responder con inmediatez estaríamos, sencillamente, ante toda una falta de respeto, de consideración, de sensibilidad y de preocupación por Canarias y una dejación de funciones.

Pedro Sánchez debiera de de desvestirse del ropaje partida socialista y colocarse las ropas humanitarias ante un problema de tamaña magnitud y que se va a seguir agravando en las próximas semanas y en los próximos meses.