Algunos zascandiles, que administraban o administran, aún, a pesar de los pesares, complejos extrahoteleros, que ya olfatean que pierden el chollo que tenían, creyéndose propietarios de los mismos, aprovechando el desconocimiento de propietarios y gentes de buena voluntad, han removido en los últimos días las tranquilas aguas de un asunto que estaba adormecido en todas partes. Porque temen, sobre todo, a la Ley.

Ya es hora de decir basta a los abusos que se han cometido en algunas urbanizaciones de esas características, algunas de ellas con Explotaciones opacas de toda opacidad durante largos años en la contabilidad de la comunidad de propietarios, combinando, al tiempo la dirección de la Explotación con la administración de la Comunidad de Propietarios, algo verdaderamente incomprensible, aunando en una sola cuenta la administración de la Explotación, con apartamentos turísticos o bungalows en arrendamiento, con los de la comunidad de propietarios, propiamente dichos, que habitan en los mismos.

Una opacidad y una falta de transparencia que, en algunos casos, se ha convertido en un auténtico marasmo de datos, de cuentas, de diferencias abismales en las medidas y datos entre el Registro de la Propiedad y el Catastro, de derramas, de solicitudes de derramas, que han echado para atrás una serie propietarios en algunos complejos por anomalías claras y sin apoyo de facturas, luchando contra viento y marea ante la total y desvergonzada falta de datos por parte de la Explotación a los propietarios, facturas sin apoyos y otras severas decisiones unilaterales, siempre por parte de alguna Explotación extrahotelera, ojo, de alguna, demandándose, ya, al fin, por parte de determinados propietarios las soluciones más adecuadas y conforme a la legalidad, cuentas nítidas y claras, con la mayor transparencia contra el oscurantismo habitual, impropio de la mayor y absoluta claridad en beneficio de la comunidad de propietarios y no de la Explotación. Como ocurre en algún Complejo. Las cosas claras y el chocolate espeso.

Complejos, en ocasiones, plagados de residentes y propietarios extranjeros, la mayoría jubilados, que disfrutan de su merecido descanso, después de una larga vida laboral, en estos hermosos rincones del sur de Gran Canaria, la inmensa mayoría absoluta de ellos gentes de buena voluntad, que se dedican a llevar una vida tranquila y de disfrute de sus jubilaciones. Como la de la mayoría de los propietarios grancanarios que buscan los mismos planteamientos. Y que se dejan en los establecimientos del sur de Gran Canaria, por cierto, buena parte de sus ingresos en los comercios y tiendas de las cercanías.

Pero en determinados complejos, plagados de desaciertos, de errores, de desatinos, de criterios siempre unilaterales y confusos, se ha practicado una política de desinformación absoluta y desprecio a los propietarios sobre los pormenores contables legales de la política, de los criterios y determinaciones en tales Complejos. Ante tales abusos, ya, algunos responsables de las Explotaciones, que no tienen nada que ver bajo ningún concepto con la comunidad de propietarios, ya, decíamos, tiemblan, porque ya es hora que a alguna de esas Explotaciones, que «viven» de apartamentos y bungalows arrendados, pero que conviven con algunos propietarios, se les está acabando el chollo de la deslealtad, de la falta de consideración, de la carencia de respeto y de los abusos. Pero siempre, claro es, en su beneficio.

Confiemos, pues, en la Ley y que está por encima, muy por encima, de los criterios absolutistas y dictatoriales de tales responsables de alguna Explotaciones que, en algún que otro caso cuentan con la ayuda, qué sorprendente, de algunos canarios, revestidos de cargos directivos de las juntas para dominar tales Complejos y doblegar a todos los propietarios que buscan la máxima legalidad en el funcionamiento de la normativa de los mismos.

La ley es la Ley, tal cual la justicia es la justicia. O, si se quiere, al revés, que es lo mismo.