Resulta un hecho evidente que la zona sur de Gran Canaria, en el eje de Maspalomas, está necesita de un hospital. Una población, San Bartolomé de Tirajana, que cuenta con cerca de sesenta mil habitantes, y una población flotante que ronda las noventa mil camas turísticas.
Y es que esta zona, de una gran afluencia de visitantes y turistas de modo permanente, tan solo dispone de un Centro de Salud y el Hospital Universitario San Roque, con 147 camas y 5 quirófanos, acreditado por el Gobierno de Canarias.
Con esa disponibilidad tan escasa para una población tan numerosa más allá de la atención del médico de familia y del Servicio de Urgencias, la atención de especialistas nos hace ir hasta el Centro de Atención Especializada (C.A.E.) de Vecindario. Y ya, en una situación un poco más delicada, a cualquiera de los Hospitales ubicados en Las Palmas de Gran Canaria. Todo ello conlleva largas distancias, con sus consecuentes molestias, trastornos y otras adversidades, como bien deben de conocer nuestras autoridades.
Lo que deja constancia de la desatención que, desde un punto de vista estrictamente de atención sanitaria, se ofrece desde el Gobierno de Canarias con una zona como el sur de Gran Canaria. Y en la que habría que añadir, por cierto, las poblaciones cercanas como Mogán, y el resto de localidades, que, por si no fuera suficiente, se encuentran ubicadas en lugares preferenciales del turismo.
El propio Centro de Salud de Maspalomas ya se queda escaso para la cantidad de pacientes, que esperan sus citas médicas con significativo retraso, retrasos que se continúan si hay que acudir al Centro de Atención Especializada de Vecindario, y donde las listas de espera se hacen largas, muy largas, para la atención necesaria.
Un tema que se debiera de plantear en la mesa correspondiente, como una de las solicitudes y exigencias más necesarias y urgentes, indispensables, en beneficio de la población y de los pacientes.
Sabemos que se trata de un tema muy costoso, sí, Pero muy necesario en esta zona sur de Gran Canaria y cuyo área, alrededor de San Bartolomé de Tirajana, suma más habitantes que algunas capitales de provincia en España.
Si se pretende hacer política en serio, con rigor, con coherencia, con sensibilidad ciudadana, un Hospital en Maspalomas debe de plantearse como una de las necesidades más significativas de hoy en día.
Basta de tantos dineros a Cataluña y al País Vasco –dos Comunidades Autónomas incansables en sus extracciones de dinero desde el Gobierno– y una mayor dinamización por, para y en Maspalomas, por razones de salud. Que tan importante debe de resultar, creemos, la salud de los maspalomenses como la de los catalanes y vascos. Autonomías siempre atiborradas de logros, de transferencias, de ayudas, de cesiones, de concesiones, de privilegios, como todos los días podemos ver en los medios de comunicación.
De este modo, no quisiéramos clamar en el desierto, Pero Maspalomas precisa –y de modo urgente– un compromiso para que lleven a cabo las oportunas gestiones médicas que necesita la población. Y desde luego no será por falta de suelo, no.
Lo que falta es una gran voluntad política por parte de los máximos responsables y aprovechar, además de los argumentos expuestos, las buenas vías de comunicación política entre el Partido Popular y Coalición Canaria, con el pacto de gobierno en el Archipiélago Canario.