El Archipiélago Canario es un lugar especialmente propicio para que se asienten las especies invasoras gracias a su temperatura, su riqueza de recursos y la ausencia de grandes depredadores que controlen las poblaciones. En la Charca de Maspalomas se actúa sobre la tilapia, un pez africano.

Las especies exóticas invasoras constituyen una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el planeta. Se introducen o establecen en un ecosistema o hábitat natural o seminatural y son un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor o por el riesgo de contaminación genética. Estas especies, trasladadas por el ser humano, modifican los ecosistemas donde se introducen, cambiándolos, desplazando a las especies nativas o hibridándose con los endemismos locales, lo que hace que éstos desaparezcan como tales.

Estas circunstancias se agravan en las islas, ya que las especies de flora y fauna autóctonas no han desarrollado mecanismos de defensa contra las nuevas especies, por haber evolucionado sin contacto con ellas. Nuestro archipiélago es un lugar especialmente propicio para que se asienten las especies invasoras gracias a su temperatura, su riqueza de recursos y la ausencia de grandes depredadores que controlen las poblaciones.

Con el fin de proteger los ecosistemas y las especies endémicas de la isla, el Cabildo de Gran Canaria ha puesto en marcha el proyecto Control de especies exóticas en la isla de Gran Canaria, con la empresa Gesplan, S.A. como facilitador. “A través de reuniones periódicas con el equipo, el técnico del Cabildo decide las especies con las que se trabajan a diario, dependiendo de su presencia en la isla, los riesgos que comporten para ecosistemas próximos, etc.”, explica Francisco González Artiles, biólogo del Cabildo de Gran Canaria. “Cada jornada, las cuadrillas se trasladan a los lugares donde constatamos la presencia de estas especies exóticas invasoras para retirar los ejemplares”.

En Control de Invasoras, los espacios naturales protegidos tienen prioridad de acción sobre otras zonas de la isla, ya que están dedicados a la conservación de la naturaleza gracias a sus valores naturales sobresalientes.

En la Charca de Maspalomas se actúa sobre la tilapia, un pez africano de agua dulce capaz de sobrevivir en agua salada que ha hecho desaparecer a las 20 especies de peces que existían hasta los años noventa en el ecosistema. Pero los gatos asilvestrados también son un problema para esta fauna autóctona, especialmente para aves (chorlitejos, fochas y gallinuelas de agua, etc.), y los reptiles (lagartos, perenquenes y lisas) que habitan en el interior de este valioso hábitat litoral. Muchas de estas especies son endémicas y además están incluidas en el Catálogo Canario de Especies Protegidas. Las cuadrillas también controlan en Maspalomas la planta invasora Neurada procumbens, más conocida como ‘patacamello’.

Las cabras asilvestradas son otra especie invasora, en contra de lo que pueda parecer en la cultura popular canaria. Afectan negativamente a la regeneración natural de las especies arbóreas, lo que impide tener en un futuro bosques en buen estado, así como afectan seriamente a las repoblaciones forestales, financiadas con dinero público. Transitan en zonas donde se refugian un alto porcentaje de endemismos y especies protegidas. La presencia de estos animales pone en peligro la supervivencia de especies botánicas únicas en el mundo e impide su regeneración natural. Por eso, Gesplan SA hace un apoyo a personas autorizadas por el Cabildo de Gran Canaria para la realización de las apañadas de cabras asilvestradas en espacios naturales protegidos como Reserva Natural Integral de Inagua, el Parque Natural de Tamadaba y la Reserva Natural Especial de Guguy (C-08), éste último actualmente en proceso de declaración como Parque Nacional.

Pero Gesplan trabaja a diario con otras especies invasoras, estén o no en lugares protegidos, como el cactus Cylindropuntia spp, el rabogato (Cenchrus setaceus) o el camaleón de Yemen (Chamaeleo calyptratus).

La única manera que tienen las especies exóticas invasoras de entrar a las islas Canarias es a través del ser humano, ya sea por su suelta de forma deliberada o no al medio natural. Hay quienes introducen especies exóticas invasoras en el territorio siguiendo fines comerciales o para su aprovechamiento en caza o pesca. Otros muchos animales, plantas y microorganismos, sin embargo, se han infiltrado en los sistemas de transporte como polizones, causando graves daños a la biodiversidad de la isla.

Alejandro Suárez Pérez, veterinario de Gesplan, recuerda que se trata de una norma legal no tener estas especies en casa, menos su venta o suelta en el medio natural. “Hay que tener en cuenta a la hora de decorar nuestros jardines que no sean Especies Exóticas Invasoras, al igual que ocurre cuando adoptamos una mascota”, explica. “La ciudadanía debe evitar adquirir especies incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras”.

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