El pasado día 4 dimos cuenta a los lectores del periódico digital «maspalomasplus.com» del «descubrimiento», si se nos permite el término, de una pata cuidando de sus patitos, en el pulmón verde San Fernando de Maspalomas.

Ayer, domingo, en uno de esos ratos de ocio en los que da gloria adentrarse por la evasión de las ocupaciones, los problemas y los afanes de cada día, semejando el dicho popular, nos acercamos, de forma cuidadosa, al lugar en el que viven la pata y sus nueve descendientes, nueve. Y que gozarán, imaginamos, del cuidado y atención de los jardineros de la zona con sus nuevos animales, que enriquecen el entorno y el hábitat en el que se mueve esa pequeña tropa.

Un espacio que trata de controlar con mirada vigilante hacia el entorno y sus alrededores, la madre pata, a la que pudimos captar cómo desfilaba dirigiendo la marcha de sus nueve patitos maspalomenses, que marchaban, con paso lento y más bien torpe. Culpa, claro es, de sus escasos días de vida.

Unos patitos que ya van conociendo y familiarizándose, de forma paulatina, con las proximidades del lugar en el que llegaron al mundo. Y que no es otro más que San Fernando de Maspalomas.

Una escena curiosa y llamativa, que tantas veces los mayores hemos podido contemplar en películas, en fotografías, en dibujos. Y, también, en la propia realidad. Una realidad en la que los chiquillos de hoy apenas si tienen de poder disfrutar esas escenas que, por mor y obra del sentido urbanita que cada día nos atrapa más en las grandes ciudades, se alejan, sin embargo, un poco más de la percepción de la naturaleza, de las aves, de los animales más cercanos al sentido convivencial con los humanos. Y en las que son muchos los pequeños que, quizás, porque la vida es así, no saben distinguir un mochuelo de un arrendajo o un abeto de un manzano. Escrito sin ánimo de ofensa. que nos perdonen algunos.

Aquí les dejamos, una semana después, la nueva fotografía de los nuevos seres que llegaron al mundo en San Fernando de Maspalomas. Tal cual se refleja en esa curiosa fotografía que más pareciera un desfile bien ensayado, a la voz de la madre pata. Y que, seguramente, gustarían de ver muchos, muchísimos pequeñuelos en vivo…